Cupido suele ser muy travieso y a veces nuestra otra mitad puede ser quien menos esperamos, y es que esa persona perfecta para nosotras puede ser nuestro jefe, uno de nuestros empleados, el hermano de nuestra mejor amiga o ese profesor joven que nos enseñaba matemáticas en el colegio y a quien volvimos a ver después de años. Conoce la historia de amor de Fiorella y Eduardo, un amor a la enésima potencia.
La Historia
Cuando a Fiorella y a Eduardo les preguntan cómo se conocieron, no pueden evitar esbozar una sonrisa pícara, y es que esta romántica pareja se conoció en las aulas de una misma escuela de secundaria, pero no porque ambos estudiaran en ella, sino porque Eduardo era el nuevo profesor de razonamiento matemático que había entrado a trabajar al colegio donde estudiaba Fiorella, cuando ella tenía tan solo 15 años. Para entonces, Eduardo tenía 26 años y aunque el trato profesor alumna siempre se respetó, Fiorella nos cuenta que desde el primer momento que lo vio sintió “el flechazo”: se había enamorado de su profesor, uno de esos clásicos amores de adolescentes.
Fiorella nos cuenta que ese flechazo la impulsaba a siempre tratar de conversar con su querido profesor, pero Eduardo, siempre respetuoso, mantenía las distancias y respondía amable y serio a sus dudas. Durante lo que restó de la época escolar de Fiorella, la relación maestro-alumna se mantuvo tal cual y fue años después de que Fiorella saliera de la secundaria, a los 19 años, cuando se le ocurrió una fantástica idea para volver a ver a su profesor favorito: pedirle ayuda en matemáticas para la pre de la universidad. Así volvieron a verse y entre reuniones y conversaciones mucho más informales que las de la escuela, un día Eduardo se animó a invitarla a salir. En su primera cita estuvieron en el cine y no fue hasta que Fiorella cumplió los 20 años, que Eduardo se animó a pedirle que fueran enamorados.
Después de 7 años de relación con altas y bajas, como sucede con toda pareja, Fiorella y Eduardo se conocieron más y aprendieron mucho el uno del otro, hasta que por fin llegó la pedida de mano e iniciaron los preparativos de la boda, un proceso que permitiría a Eduardo y Fiorella, vivir una de las etapas más bonitas de su relación.
Los Novios
La planificación de la boda de Fiorella y Eduardo fue muy especial, ya que la esencia de la pareja pudo sentirse en cada detalle. Fiorella eligió como colores de boda el verde menta, ¡su tono favorito! Y el lavanda como el color complementario, además del tradicional blanco.
Como el matrimonio quería transmitir el espíritu de los años 50, para darle un tono vintage, Fiorella eligió como vestido de novia un modelo inspirado en dicha década: corto y cómodo de Novias Pameel, una tienda de El Palacio de las Novias.
Su vestido se complementó con unos zapatos cómodos y bonitos de Vizano, que le permitieron bailar durante toda la noche sin ninguna molestia.
Fiorella fue maquillada en este día especial por MAC, empresa que también estuvo a cargo de su peinado nupcial.
El traje de Eduardo también se adquirió cerca de El Palacio de las Novias en una tienda llamada Guren Novios ,¡100% recomendada por los flamantes esposos!
Las damas de la boda también lucieron bellos vestidos de los colores elegidos por Fiorella. ¡Todos iban muy combinados!
La Ceremonia
Fiorella llegó a la iglesia con su bello vestido blanco mientras Eduardo la esperaba en altar, ¡un momento mágico para la pareja! En las manos Fiorella llevaba un hermoso bouquet hecho por Kaela Perú.
Los novios se dieron el “sí acepto” e intercambiaron unos preciosos aros adquiridos en joyería Crispín.
Tras este romántico e inolvidable momento, que fue captado por el sabio lente CasArte Photo del fotógrafo Maka Mikkelsen, empezaría la fiesta en el lugar que habían elegido para su bella recepción.
La Recepción
La recepción tuvo lugar en la Casa Huerta Oneeglio. Una de las ventajas de optar por este lugar fue que esta Casa Huerta, no solo ofrecía sus ambientes para la celebración de la boda, sino también el catering de la misma, la torta, la decoración y las reservas para la noche de bodas.
El mismo vestido que usó para la ceremonia, fue el que Fiorella mantuvo durante toda la fiesta para, según nos cuenta: verse tal cual se casó en la iglesia. ¡Una novia muy romántica! La fiesta tuvo una decoración preciosa, llena de detalles vintage como había planeado Fiorella.
A Fiorella y Eduardo les encantan las antigüedades y mucho de estos rasgos se vieron en la fiesta de boda, de temática rústica y shaby chic. Como parte de la decoración también se incluyeron flores: hortensias, las flores típicas de Cajamarca, región de donde curiosamente procede tanto la familia de Fiorella, como la de su ahora esposo Eduardo. Todas las flores de la boda fueron proporcionadas por Kaela Perú.
Como parte de los recuerdos de la boda, Fiorella y Eduardo entregaron a los invitados unos bellos frascos rellenos de maíz pop corn y con una bonita decoración hecha a mano, ¡un detalle lindo y delicioso!
Nosotros, desde Zankyou, les deseamos a Fiorella y Eduardo que esta nueva etapa en sus vidas esté llena de bendiciones y momentos para no olvidar. Que su amor crezca cada día y que la felicidad sea su eterna compañera. ¡Felicitaciones por su próximo primer aniversario este 21 de noviembre!
CRÉDITOS:
Fotografía: Maka Mikkelsen | Local, catering y decoración: Casa Huerta Oneeglio| Peinado y maquillaje: MAC Salón y Spa| Aros: Joyería Crispin | Vestido de novia: Novias Pameel | Zapatos: Vizzano – Jesús María| Traje del novio: Guren Novios| Florería: Kaela Perú
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