La encantadora sensación del mar y el inmenso azul, la libertad y la ausencia de fronteras, fueron el escenario perfecto para el matrimonio de Vero y Rolo, la multitud de sensaciones al contemplar la belleza del mar y la música del romper de las olas constituyeron el marco de esta celebración. Esta pareja cautivada por el gigante azul, decidió darse el “sí, quiero” en el mejor sitio que podía existir para ellos en la Tierra: la playa, optando más específicamente, por una temática hawaiana. Consiguiendo así, con ciertos toques, trasladar un pedacito de Hawai a nuestras costas.
Para su preparación, la novia contó con la ayuda de Marisol Ortega, que se encargó de maquillarla y darle forma al cabello, intentando que aflorara su belleza natural y que se fusionara con la personalidad desenfadada y propia de un día de playa. La boda lo exigía, una novia despreocupada, libre, fresca. El vestido que eligió Verónica no podía ser mejor, un vestido acorde a lo que los novios querían transmitir, sencillo, con los detalles justos, sin perder su gran delicadeza, para esto contó con la ayuda de Soco Valera. Cabe destacar los arreglos florales tanto de la novia como del novio, de este último se encargó Hawaiian Lei, y del ramo de la novia y la corona que adornaba su cabeza se encargó la Florería Grand Chic.
Los novios fueron los diseñadores, encargados de plasmar su ideal de boda, bajo la ayuda de una de las personas más influyentes en realización de Bodas en Máncora, Eliana Uriarte.
Como hemos contado antes, los detalles son los que marcan la diferencia, lo cierto es que la celebración a pesar de trasmitirnos la idea de libertad, soltura y situarnos en un ambiente bohemio, estuvo llena de momento emotivos como se plasma en la sesión de fotos, en las que van concurriendo las etapas, desde el antes de la boda viendo a la novia, preparándose con la ayuda de su madre, donde podemos emocionarnos con sus miradas cómplices y enorgullecidas, esa mirada que dice, es tu momento de volar… ¡sé feliz!, aquella ternura con la que sólo una madre puede transmitirte todo y más, hasta momentos en los que simplemente se plasmaba la felicidad del ambiente o lo original del momento: invitados descalzos, muchachos con camisas hawaianas, risas, viento y mar.
Todo salió a la perfección gracias a la ayuda de los padres de Vero, que para dar realización al sueño de una boda caribeña, contaban con una casa en la playa situada muy cerca de Punta Sal, Tumbes.
La decoración fue magistral, haciendo que ese espacio fuera un pequeño escenario hawaiano, la gran cantidad de ornamentos, flores, tablas surferas y mesas al puro estilo aloha, hicieron que realmente nos situáramos en aquella isla del Pacífico. Todo en su conjunto estaba controlado al milímetro, pequeños detalles que nos hacían estar en una atmósfera paradisíaca.
Tanto la ceremonia como la celebración se llevaron a escasos pasos de la playa, la arena fue el mejor escenario de baile, una celebración sin lugar a dudas ideal para los amantes de la playa. No faltó nada, contaron con DJ Julio Vega para dar ritmo a la noche, una noche llena de sorpresas, desde linternas chinas (una idea que me parece súper original e íntima), hasta la explosión de unos maravillosos fuegos artificiales para cerrar con broche de oro una brillante noche.
Es indiscutible que la tarea del fotógrafo, Maik Dobiey, encargado de rescatar estos momentos, fue absolutamente gratificante pero no por eso menos trabajosa. Según palabras de él mismo fue una de las bodas en las que más cómodo e independiente le hizo sentir.
Así como Vero y Rolo, también puedes crear el estilo propio de tu fiesta de matrimonio y si quieres saber quiénes ayudaron a hacer realidad este sueño recurre a la ayuda de profesionales que harán que lo que imaginas se haga realidad ¡lograrás convertir tus sueños de boda en la boda de tus sueños!
Fotografías: www.maikdobiey.com, visítalo.
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