Aunque la tele y el Internet han convertido al mundo en una sociedad más visual que nunca, no debemos reducir la humanidad a simples formas y figuras. Todo entra por los ojos, es cierto, pero lo tangible suele cambiar muy rápido y no podemos colocar todas nuestras ilusiones solamente en el físico. Para que las cosas duren, debemos buscar los valores que hacen de una persona alguien que nos quite el sueño. Queremos reflexionar contigo en estas nueve cualidades intangibles que rebaten cualquier supuesto “tipo de persona” y le dan la vuelta a cualquier estándar preconcebido, para enamorarnos así del ser humano más allá del envoltorio.
1. Seguridad y autoconfianza
Cuando un individuo confía en sí mismo, sabe hacia dónde va y toma responsabilidad de la vida, exhala una seguridad que contagia y nos permiten colocar nuestra fe en estas personas. No hace falta que se crean los reyes del universo o el último refresco del Sahara, porque, de ser así, caerían antipáticos y nadie quiere estar con alguien que se cree superior. Pero la real autoconfianza se lleva con humildad, aceptando los errores y sin miedo a pedir ayuda. Una persona segura de sí misma se vuelve como un pilar que nos invita a recostarnos sobre él y nos ayuda a encontrar nuestro propio balance.
2. Sentido del humor
La vida está hecha para ser gozada. Nadie aguantaría ni 10 minutos de la compañía de una persona que se victimiza o vive amargada. Porque, así como las energías negativas se contagian, el buen humor y las sonrisas también, y suficiente tenemos con nuestros propios dramas como para amplificarlos con los quejidos y la mala actitud de otro. Reírse de uno mismo, tratar de encontrarle el lado gracioso a los problemas y robarnos una carcajada en medio de un mal día, son cualidades envidiables que no todos saben cultivar. Y aunque está muy bien no tomarse la vida tan en serio, tampoco debemos cruzar el límite de la irresponsabilidad y convertir la relación en un chiste. Pero quien sabe ver el lado soleado de la vida, aunque le toque pasar por la penumbra, lo va a atravesar feliz. ¿Cómo ser una pareja feliz? 12 hábitos para fortalecer la relación de amor
3. Autenticidad
Lo fascinante de las personas es que cada uno esconde un universo tan misterioso como el mundo mismo. Las particularidades que podemos descubrir en una relación nos permiten enamorarnos de una persona única y especial. Pero para dejar que otra persona pueda bucear en los mares de la singularidad humana, primero es necesario aceptarse como es y no querer ser como otro más. Cuando alguien no es auténtico, lo único que emana son mentiras y poses, y para ser sinceros, nadie tiene tiempo para vivir de mentiras. Podríamos vernos atraídos por una falsa careta, pero nadie puede sostener el engaño por mucho tiempo, por lo tanto, al final del día, el verdadero yo siempre sale a flote.
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4. Independencia
A todos les gustan las mariposas y nadie se encariña con parásitos. Y en las relaciones interpersonales, ciertamente nadie necesita vivir con alguien demasiado dependiente, sea que se aferre a su familia o que termine absorbiendo nuestra propia vida. Para ser independiente se necesita ser auténtico y seguro de sí mismo. No estamos hablando solamente de la independencia financiera, aunque ésta suele ser consecuencia de la actitud y del estilo de vida que recalcamos en este párrafo. La energía del independiente se siente como parte de su personalidad y se refleja porque tiene sus propios proyectos, sus propios amigos y no necesita estar detrás de alguien como borrego. Por otro lado, tampoco es bueno que demasiada independencia convierta la relación en un vínculo de dos extraños. Lo saludable es que cada uno tenga su espacio construyendo la complicidad como dos personas que mantienen sus propias formas de pensar, sus propios planes y sus propios sueños ayudándose mutuamente. Juntos, pero nunca revueltos.
5. Sus motivaciones
Las personas somos como icebergs, vemos sólo la punta del glaciar, pero sabemos que todo empieza en las profundidades del mar. La parte que vemos son las acciones, la forma de presentarnos, las decisiones y la manera en que llevamos la vida. Debajo de eso se esconden los principios, los pensamientos, las inclinaciones y las pasiones. Cuando esta mezcla se ajusta con la tuya, el resultado es explosivo y alucinante. Te recomendamos leer: Siete desayunos para empezar un día excelente con tu pareja
6. Sin miedo al ridículo
Es comprensible que exista un cierto grado de temor a que se rían de nosotros. Pero cuando alguien tiene la suficiente confianza como para traspasar esos límites, las consecuencias son bastante enriquecedoras. Sea simplemente para cantar en el karaoke o bailar siendo conscientes del poco o mucho talento, o hasta para aventurarse por un nuevo proyecto sin temor al fracaso; no tenerle miedo al ridículo es una muestra de valentía. Las personas así, saben que la gente siempre va a hablar y tiene una opinión para todo, pero no les importa eso porque su seguridad es tan firme que les permite atreverse a lo nuevo y divertido. Lee también: Las siete historias de amor más románticas e impactantes del cine. ¿Cuál es tu favorita?
7. Una buena conversación
Dicen que cuando uno se lo pasa bien, el tiempo corre más rápido de lo convencional. Y quizás eso te haya pasado una noche en compañía de alguien que te permitió ampliar tu mente solamente con su conversación. No es necesario que el discurso sea del nivel de un premio Nobel, pero hablar de experiencias, sueños y pasiones, es suficiente cuando uno tiene el poder de involucrar a la otra persona en el diálogo. Saber conversar, también es saber escuchar e interesarse en las historias de la otra persona.
8. Expresa sus sentimientos
La ciencia aún no ha podido generar emociones en robots como para que parezcan personas, pero ciertamente hay personas que parecen robots porque viven en automático sin rastro de emocionalidad. Demasiado hermetismo nunca es saludable y alguien que muestra sus emociones nos permite disfrutar de su humanidad y nos invita a conocer su mundo interior. Pero mucho azúcar causa caries y, por ello, dejamos fuera de esta categoría a los melosos y sacos de lágrimas. Expresar los sentimientos no solo resulta atractivo, sino que es propio de una personalidad saludable.
9. Se aleja del estereotipo de su género
Considerar a un género superior que el otro, de entrada, es una muestra de una mente atascada en décadas pasadas. En la sociedad de hoy, ser hombre y ser mujer ya no son ideas que viven atrapadas en camisas de fuerza. Además, cuestionar lo que tradicionalmente era exclusivo de un género, es una señal de seguridad en la identidad propia. Hoy, un chico que se ocupa de las labores del hogar o una mujer que pueda reparar las averías de casa, no resulta extraño ni particular. Del mismo modo, tampoco es atractivo que alguien espere que nos ajustemos a sus propios ideales de género, y mande a las mujeres a la cocina y a los hombres a jugar fútbol. La sociedad ha cambiado y abrazar las ideas del futuro es una señal de alguien que sabe adaptarse, es tolerante y es capaz de abrir su mente a nuevas posibilidades sin dejar de lado sus principios y respetando su propia identidad.
Considera esta lista como un pequeño vistazo de las cualidades que hacen a otros más atractivos. Pero también, como un recordatorio de aquellos valores que quizá debas cultivar, porque, si no te quieres a ti mismo ¿Cómo vas a poder atraer a otras personas?, y como enseñan las fábulas, la belleza siempre se esconde en el interior.
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