Tanto hombres y mujeres tenemos hábitos y costumbres que realizamos de manera automática, sin apenas darnos cuenta y que dada a nuestra vida diaria que muchas veces es sendentaria, no lo notamos. Y son precisamente estas formas de ser, que rara vez nos detenemos a cuestionar, las que en ocasiones nos impiden tener una buena relación con nuestra pareja, con los amigos o en el trabajo.
Y usualmente las mujeres buscamos la perfección en nuestras experiencias, relaciones y todo lo que nos rodea. Es por ello, como muchas veces solemos resetear nuestra computadora… ¿te atreverías a dedicarle unos minutos de tu valioso tiempo a reconfigurar tu bienestar como mujer? En Zankyou, nos gusta mucho limar las diferencias que puedan existir en la sociedad para evitar comportamientos y pensamientos sexistas, por ello te regalamos una lista de cinco costumbres o hábitos que debemos eliminar de nuestras vidas para ser más productivas y, ¿por qué no?, más felices… ¡Atenta a los consejos!
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1. Limpieza
A veces nos preocupamos por todo en el hogar. Y es normal que a muchas de nosotras nos guste acomodar o limpiar nuestras cosas de cierta manera, pero cuando se convierte esta tarea en una obsesión y provoca en tu entorno una insorportable convivencia. ¡Ten cuidado! muchas veces estos reproches y exigencias causan en nuestro día a día un auténtico infierno.
Es verdad que muchas veces sigue presente la presión de la sociedad antigua, en la que la limpieza era cosas de mujeres. Quizá por eso, tu obsesión por la misma es mucho más acusada que en los hombres. ¡No debería ser así! Por eso, la igualdad en las tareas del hogar debería ser un hecho, no un esfuerzo, una tarea de ambos como pareja que deben disfrutar.
Así que, no te obsesiones, disfruta de tu día, de tu pareja, de tu familia, dejar de hacer algo que nos gusta por repasar por enésima vez el suelo del baño te convertirá en una verdadera maniática. ¡Tómalo con calma y disfruta de la vida!
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2. Preocupación por la imagen
La preocupación por la imagen ahora es una de las características más visibles en nuestra sociedad hasta el punto de que, en el caso de las mujeres, esto es más visto desde muy temprana edad y en que no se sienten a gusto con su imagen corporal. ¡Basta ya! Aprovechar cualquier superficie reflectante o acristalada para echarse un vistazo. No hace falta comprobar el estado del pelo o de la cara cada segundo.
Últimamente, ser físicamente perfecta se ha convertido en uno de los objetivos principales, una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e incluso, salud. Nuestro cuerpo nos delata, es fiel reflejo de nuestro mundo interno y de cómo nos sentimos con nosotros mismos, ser naturales y sentir autoconfianza son las mejores armas para la belleza externa de una mujer, sin desdeñar la interna, que es mucho más importante a la hora de relacionarse con los demás.
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3. Pesarse constantemente
El número en la balanza no es el mejor indicador de progreso en tu vida fitness, el peso es una de las medidas menos relevantes en el estilo de vida, además pesarse constantemente va creando obsesión. Estás dejando que un número determine cómo te sientes cuando en realidad esa cifra no dice la verdad absoluta.
Pretender adelgazar a cualquier precio puede ser perjudicial para la salud y, sobre todo, dejar de lado ciertos placeres que podemos darnos de vez en cuando. De hecho, prefiere comer sano y entrenar, poco a poco vas aumentando masa muscular, el metabolismo se acelera, tu ambiente hormonal mejora, la sensibilidad a la insulina se eleva, quemas más calorías al día, pierdes grasa y obviamente vas sintiéndote mejor.
Así que, ¡no le des poder sobre ti a ese número en la balanza! La supuesta perfección no es la que nos venden en la televisión y el cine, debes tener como meta principal el tener un estilo de vida saludable y no obsesionarse para que los demás vean algo que no es.
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4. Criticar
Muchas veces las intrigas, sabotajes, descalificaciones, chismes se da en ocasiones cuando muchas mujeres se juntan tanto a nivel laboral como en lo social o familiar. Quizá no sea tu caso ni el de tus amigas, pero no es un comportamiento aislado, por desgracia. Y si bien es cierto que los hombres compiten y se comparan entre sí, en el ámbito entre nos, la competencia adquiere otra dimensión.
Toma en cuenta y recuerda que siempre que cuando sintamos malestar por la conducta de otras, criticarlas o ver en qué se equivocan, transporta ese concepto hacia nosotras mismas, porque detrás de algo que criticamos hay una proyección de lo que no nos gusta de nuestra persona y son actitudes que podrían desembocar en una especie de bullying en el ámbito de los adultos. Recuerda que descalificar a otras mujeres nos debilita a todas, incluso a ti misma. ¡Tenlo en cuenta!
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5. Machismo
Naturalmente tanto los hombres como las mujeres tenemos diferencias que nos caracterizan, como la intuición, la capacidad lógica, la racionalidad, la fuerza, etc. Y muchas veces nos quejamos de todo este sistema que nosotras mismas creamos. Si la mujer es comedida y le gusta complacer al esposo, bien, pero no a tal grado de que el marido no se levante a buscar sus zapatos o a prepararse de comer. Por lo visto, todos somos, de una u otra forma, directa o indirectamente, víctimas de la violencia de género.
Sin embargo, uno de los machismo más tristes no es sólo el que viene de los hombres, también las mujeres tendemos a tener comportamientos o actitudes machistas, sin darnos cuenta. Soltamos comentarios que engloban a las mujeres en un estereotipo que nadie debería haber implantado jamás.
Lo cierto es que todas buscamos la igualdad de género y todas alguna vez nos hemos quejado de lo irrespetuosos que son los hombres cuando dicen que las mujeres debemos saber cocinar, o cuando nos ven con lujuria, cada vez que usamos un atuendo ajustado. Varios ejemplos de ello son las clases extraescolares, los colores de la ropa y los supuestos comportamientos dignos de su sexo, casi siempre asumiendo una debilidad inexistente.
Todo ello está muy ligado con los derechos de la mujer y a la manía de alejar a las mujeres de la vida social en el pasado (a veces, también en el presente), como por ejemplo en el ámbito laboral. Sólo lentamente, a medida que hombres y mujeres dejemos de compararnos unos a otros, podremos superar el machismo.
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Ahora que conoces qué hábitos están marcando tu vida de una forma no positiva, te invitamos a que las elimines de tu vida, sabemos que no es fácil pero por suerte, la sociedad está evolucionando y cada vez se ven menos ejemplos de sexismo. No dejes de leer también Huye de los mitos masculinos: 11 actitudes que toda mujer quiere de su pareja o Nueve cualidades que debe tener la persona que te enamore.
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