El amor es uno de los sentimientos más hermosos que podemos sentir los seres humanos. Un amor real, limpio y desinteresado puede surgir donde menos lo imaginamos, incluso en esa reunión en la que no esperábamos más que oír a un buen grupo de música en vivo y disfrutar con los amigos de un buen rato.
La historia de Carolina y Hugo es una de esas historias de amor que inician sin que se espere y que crecen, crecen y crecen hasta dar el “sí, acepto” en un lugar mágico y lleno de significados en su relación. Conoce la historia de esta hermosa pareja que ya tiene más de 6 meses de un feliz matrimonio.
La Historia
Un 5 de febrero de 2011 Carolina salió de su casa, invitada por una amiga a un concierto de punk en Cieneguilla. Nada le hacía pensar que esa noche su vida cambiaría por completo al conocer al que ahora es su amado esposo.
Hugo era el guitarrista de una banda y había organizado junto con unos amigos el mencionado concierto al que Carolina estaba invitada. Esa noche fueron presentados antes de que la música comenzara a sonar y así empezaron a conversar en medio de un grupo de amigos. Cuando se dieron cuenta, habían terminado conversando solos y riendo sin parar, como si se conocieran de toda la vida. Aquella noche terminó tan mágica como comenzó, cuando Hugo se animó a dedicarle una canción a Carolina en medio del concierto.
El amor había surgido sin que ambos se dieran aún cuenta. Después de aquel primer encuentro inesperado siguieron comunicándose por mensajes y llamadas, hasta que un 15 de febrero salieron por primera vez a una cita. Las salidas y las llamadas continuaron y la química era inminente, hasta que un 13 de junio Hugo, en una cita por la Piccolina de Surco, le pidió a Carolina que fuera su enamorada. Unos años después la relación se consolidaría aún más hasta que Hugo le pidiera a Carolina que fuera su esposa. Fue un día, luego de 3 años de enamorados, antes del alba, cuando ambos salieron a correr por el malecón de Barranco. Y entonces, cuando el sol comenzó a salir, Hugo se puso de rodillas y le pidió a Carolina que fuera su esposa.
El día de su matrimonio intercambiarían unos aros de matrimonio cargados de significado: ¡eran los anillos de los papás de Hugo! A ellos, los novios agregarían su promesa de amor eterno.
Los novios
Las tarjetas de la boda fueron diseñadas por los mismos Hugo y Carolina, y los sobres de éstas también fueron hechos a mano con ayuda de sus padres.
La boda de los novios estaba planeada para el 9 de abril en Kawai. La elección de esta locación no fue arbitraria, había una historia detrás de ella, y es que Hugo y Carolina son voluntarios como líderes de Campamentos para jóvenes en la Unión Bíblica y muchos de los campamentos que realizaron se llevaron a cabo en este lugar. Este sitio entonces, se había vuelto un escenario simbólico que vio crecer su relación y que fue testigo de muchas anécdotas inolvidables durante su etapa de enamoramiento y noviazgo.
El vestido que llevó Carolina el día de su boda fue traído desde EE.UU., y sus zapatos fueron adquiridos en Guess. El día mismo de la boda, el maquillaje y peinado de la novia estuvo a cargo de Samy Trauco, amiga cercana de Carolina.
Las damas de Carolina también se alistaron con ella en el bungalow en el que se había hospedado para prepararse antes del gran día.
Hugo hacía lo mismo en compañía de sus pajes, primos hermanos y amigos de toda la vida. Un momento, sin lugar a dudas, inolvidable para ambos.
En el día de su boda, Hugo llevaba puestos unos peculiares gemelos de Star Wars que le obsequió Carolina ese mismo día. A ambos le encanta esta saga cinematográfica, así que antes del matrimonio Carolina buscó la forma de sorprender a Hugo con este detalle para incluirlo en su look de novio el día de su boda.
La ceremonia
La ceremonia de Hugo y Carolina estuvo a cargo de un pastor que conocía la historia de los novios y que había cultivado una cercana amistad con ambos.
Cada momento de esta etapa de la boda fue memorable y emotivo, Hugo y Carolina miraban todo, hasta el mínimo detalle, para poder así guardar en sus corazones cualquier aspecto de su matrimonio.
Parte de esos detalles y la emoción del momento fueron captadas por el lente de Ronald Barrós, fotógrafo de bodas a quien conocieron en un workshop de fotografía de bodas en el que Hugo y Carolina también participaron, ya que también se dedican a esta línea de carrera. Ronald fue quien, en palabras de Carolina, logró captar con su cámara la historia real de su boda.
La recepción
El día de la boda todo fue muy bello y emotivo, incluida la recepción, donde los invitados y los novios pudieron disfrutar del exquisito catering servido por Kaluvia Eventos en medio de mesas y una decoración hecha con mucho amor por amigos y familiares de los novios. El pastel de bodas fue una rica torta de chocolate hecha por Tortas Bica que estuvo cubierta con masa elástica y tuvo como decoración conchitas y estrellas de mar.
La celebración continuó allí, frente a ese mar que había visto crecer el amor de esta hermosa pareja en medio de risas y una hora loca inspirada en la Guerra de las Galaxias.
La pareja cerró su fiesta de matrimonio con una inolvidable marinera que impresionó a los invitados y que logró ser captada con ingenio por el lente de Ronald Barrós.
Hugo y Carolina son una pareja feliz que tuvieron la boda que siempre quisieron gracias a su buena organización, su incalculable amor y la ayuda de sus familiares y amigos. Desde Zankyou les deseamos lo mejor en esta etapa de sus vidas y que siga llena de momentos inolvidables y colmados de mucho, pero mucho amor.
CRÉDITOS:
Fotografía: Ronald Barrós | Peinado y maquillaje: Samy Trauco | Catering: Kaluvia Eventos | Zapatos de la novia: Guess | Torta de Bodas: Tortas Bica | Local de Recepción: Centro Kawai
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