Hoy en día, con la globalización y con tantos novios que viajan a hacer estudios de postgrado a otros países, es muy común que surja el amor con miembros de otras culturas y muchas veces de otras religiones. ¿Qué hacer cuando uno se enamora de una persona de otra religión? Qué sucede cuando a la hora de planear la boda surgen las dudas de cómo celebrar el matrimonio? Diferencias que muchas veces son complicadas más que nada para las familias que para la feliz y enamorada pareja…
Es importante respetar en todo momento a las familias y a la religión a la que pertenezca cada uno. Hoy en día, la sociedad y las mismas religiones son cada vez más abiertas y siempre se pueden encontrar miembros de cada iglesia que estén dispuestos a oficiar ceremonias mixtas si los novios no desean renunciar a su propia religión.
Hemos tenido la suerte de compartir con novios (y familias), en los cuales se ha celebrado principalmente el amor y que a pesar de las diferencias y respeto por la religión del otro, se ha encontrado el modo de realizar un matrimonio hermoso. Lo que se sugiere en estos casos, si se desean realizar ambas ceremonias el mismo día, es hacerlo fuera de la una iglesia o templo (es decir en un lugar “neutral”) que puede ser el mismo local en donde se llevará luego la recepción.
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Si las religiones coinciden en cuanto a cómo debe ser el altar, se puede usar el mismo espacio para ambas. Es importante consultar siempre con representantes de ambas religiones para evitar caer en contradicciones u ofender de alguna manera a la religión contraria.
La ceremonia puede ser simultánea, con representantes de cada iglesia realizando la ceremonia en simultáneo (esto se coordina previamente con ambos oficiantes); o realizando primero una ceremonia y luego la otra. También puede uno tener la suerte de encontrar a algún miembro de su congregación que esté dispuesto a añadir a la ceremonia rituales de la otra religión. Una vez tuvimos un rabino (que vino de USA porque el novio era americano) que estaba casado con una católica, por lo que pudo realizar una ceremonia judío-católica el mismo.
En otra ocasión, tuvimos la oportunidad de tener una boda hindú-religiosa, en donde primero se celebró la ceremonia hindú y luego la religiosa. El espacio en donde se celebró se coordinó previamente con los representantes de cada iglesia y para la ceremonia hindú se tomo en cuenta la ubicación y orientación del altar.
Lo que los novios tienen que tener siempre en cuenta, es que cuando uno se enamora y está dispuesto a compartir una boda a futuro, siempre hay formas de solucionar esos aspectos que a veces pueden parecer más complicados de lo que realmente son. El respeto por el otro (y en este caso por su religión, y familia); el amor y la comprensión son la base para un matrimonio feliz, a pesar de las diferencias religiosas, ya que el amor lo puede ¡TODO!
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