El sábado pasado, el príncipe Harry y Meghan Markle unieron sus vidas en una ceremonia que no solo fue bellísima, sino que también marcó un cambio. Y es que ambos buscaron diferentes formas de salirse del estricto protocolo que caracteriza estas bodas, lo que resultó en una ceremonia que sacó más de una sonrisa y que, a pesar de lo que muchos pudieron pensar, fue aceptada por toda la sociedad británica.
Un rasgo que sí o sí acompaña a las monarquías, sobre todo a la británica, es su sobriedad y la importancia que le dan a las tradiciones, las cuales son seguidas sin excepción; pero en los últimos años hemos podido ver cómo la Casa Real Británica ha pasado por una especie de modernización, y esta no solo tiene que ver con Harry y Meghan, sino también con el príncipe Guillermo y Kate Middelton. En estos nuevos tiempos, los personajes han buscado alejarse de la opulencia que caracteriza la vida real, y nos han brindado una imagen más real de quiénes son y de su estilo de vida.
Pero enfocándonos en la más reciente boda real, Harry y Meghan rompieron el protocolo en diferentes maneras, y aquí te mostramos las diferencias con las bodas reales tradicionales:
1. Meghan caminó sola hacia el altar
Es tradición que el padre acompañe a la hija en su camino al altar, ya que simboliza que ella está saliendo de una familia para integrarse a otra, a la suya propia. Y para muchos se trata de una tradición meramente machista, pues indica que la mujer deja de pertenecer a su padre para pasar a pertenecer al esposo.
En el caso de Meghan, la historia fue diferente. Su papá no pudo asistir a la boda por una operación que le fue realizada recientemente, así que ella se dirigió al altar con diez damas de honor y pajes. ¡Toda una entrada! A mitad de camino, el príncipe Carlos, padre de Harry, la esperaba para acompañarla, pero en ningún momento hubo el símbolo de entrega. Fue ella la que solicitó a Carlos que la acompañara y que él aceptó con toda disposición.
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2. Una boda que mezcló culturas
Las uniones en la monarquía solían estar rodeadas de restricciones y calculadas al milímetro, ya que todo debía encajar en el universo de la realeza. Pero este matrimonio ha marcado una diferencia. Si bien, ya antes algunos ingleses se habían casado con americanas o con mujeres de fuera de la realeza, con Meghan, se presentaron aún más cambios. Su mamá es afroamericana y trabajadora social, y para muchos, fue la estrella de la velada.
Aunque nos encontremos en épocas modernas, se debe decir que la unión de ambas familias ha demostrado una vez más que los prejuicios de razas, colores y demás, no deben existir y que hoy por hoy, la mezcla de “mundos diferentes” ya no es un escándalo, sino algo que se celebra. Estos dos enamorados han demostrado que la intolerancia ha quedado y deberá seguir quedando atrás, cada vez más lejos.
3. La música y las palabras
Esta boda real tuvo nada más y nada menos que a tres pastores diferentes dando las reflexiones, todos ellos anglicanos. La ceremonia tradicional la desarrolló el deán de Windsor, David Conner; mientras que el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, fue quien ofició los votos matrimoniales. El tercer personaje fue quien, para muchos, marcó la sorpresa del día, y se trató del pastor Michael Curry de Chicago, primer obispo afroamericano en ocupar ese cargo en la iglesia Episcopal.
La reflexión de Curry buscó resaltar la importancia del matrimonio, pero también del amor en todas sus formas, así como de la figura de Martin Luther King. Todo esto acompañado de la elocuencia que caracteriza a los pastores y que suele ser una diferencia muy marcada con la sobriedad de los sacerdotes británicos. Además, estuvo presente un coro góspel, lo que fue una revolución en una boda real británica, y entonaron Stand by me, melodía que fue celebrada por los invitados.
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4. No se mencionó la “obediencia”
En las pasadas bodas reales, al momento de pronunciar los votos, se escuchaba que la mujer juraba obedecer a su esposo; sin embargo, esta vez los recién casados marcaron la diferencia. Sabemos que Meghan siempre ha participado en temas relacionados con el activismo por la igualdad de género, y esto se notó claramente al momento de dar los votos, pues juraron “amar, consolar, honrar y proteger”. ¡Todo un cambio y una gran declaración por parte de la pareja!
5. Una lista de invitados singular
Definitivamente, se trató de una boda que contó con invitados tanto de dentro como fuera de la realiza, y si bien esto ha pasado en muchas bodas anteriores, esta vez, el porcentaje de personajes externos fue mayor, debido a las conexiones de Meghan en su faceta de actriz. Algunos de ellos fueron Oprah Winfrey, Elton John, George Clooney y su esposa, James Blunt y la tenista Serena Williams. Si hablamos de apertura, esta fue una gran muestra.
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Se trata entonces de pequeños detalles que han marcado una gran diferencia y que nos muestran lo que la pareja traerá en el futuro: cambiar la seriedad y las restricciones, dando una mirada de mayor tolerancia y simplicidad. Definitivamente, sabemos que los recién casados, junto al príncipe Guillermo y Kate Middleton, van a traernos más de una sorpresa y por supuesto, sacarnos una sonrisa.
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