Se dice que las relaciones de pareja pueden ser frágiles e inestables, por lo cual es necesario un cuidado para su duración. Si nos ponemos a reflexionar sobre ello, cada miembro dentro de la relación de pareja puede ser poco consciente de sus emociones primarias, lo que conlleva a que, en momentos de dificultad, muchas veces surjan las emociones menos apropiadas.
De esta manera, podemos decir que fortalecer y mantener estos vínculos requiere un esfuerzo constante, empero no existe ninguna garantía de que una relación de pareja pueda durar para siempre. Recordemos que, por muy sólida que sea y ambas personas estén enamoradas, eso no significa que durará, si es que ambos no muestran un esfuerzo por ella.
No olvidemos que…
Cada miembro de la relación de pareja posee sus propias creencias acerca del amor y de lo que debería de ser su pareja, confundiéndolas con verdades irrenunciables. Asimismo, cada miembro posee una determinada manera de negociar y llegar a acuerdos, pudiéndose muchas veces centrarse únicamente en la queja de la otra persona, lo cual en definitiva no ayudará en nada a la relación. También recordemos que el paso del tiempo y alternativas de cambio constante hace que una relación de pareja se modifique y necesite adaptarse a estos cambios, incluyendo las distintas etapas del ciclo de la vida, por lo que estos continuos cambios pueden hacer vulnerables y frágiles cualquier relación de pareja.
Necesitamos poner énfasis y no temer a los problemas y crisis que puedan suscitarse a lo largo de la relación, por el contrario, estar preparados y ser conscientes que pueden presentarse y lo hará y esto puede significar fortalecer nuestra relación a largo plazo. El deseo activo por mantener la relación de pareja logra perdurar en el tiempo, no exactamente los sentimientos, pues recordemos que estos pueden llegar a ser inestables y muy variantes. Sería conveniente conocer las necesidades y deseos de la pareja, para que de esta manera estén presentes y conscientes dentro de lo que llamamos proyecto de vida. Tengamos presente que una relación de pareja no se mantiene por si sola, es necesario empeño, tanto para comunicar, advertir y escuchar a cada miembro.
Cada relación y cada miembro necesita de estrategias de decisiones que busquen evitar daño, minimizar costos y maximizar ganancias. Una visión a largo plazo y no un rompimiento ante algún problema, así como brindar posibles soluciones, es vital. Finalmente recordemos que nuestra relación de pareja es un proyecto de vida en común que nunca estará exento de obstáculos, donde siempre habrá buenos y malos momentos.
Ahora ten en cuenta lo siguiente…
Todos nos enfadamos y es natural que dentro de una pareja surjan discusiones o problemas, no es no enfadarse nunca o no decir lo que nos molesta, se trata de dirigir nuestros pensamientos a través del lenguaje con respeto de una manera racional y consciente. Los insultos, amenazas, gritos generan dolor, siendo una forma de violencia que hiere a la otra persona. Por ello mismo, gestionar mis emociones para que la ira no me domine, es algo importante, quizás lo mejor es tomar un tiempo antes de responder y posponer la discusión antes de perder los papeles. En definitiva, aprender a tolerar estas dificultades y poner límites es sustancial.
La rutina suele ser uno de los peores enemigos, tengamos en cuenta las muestras de cariño, amabilidad, una sonrisa, un “buenos días, con un beso”, dar las “buenas noches”, decir por favor y gracias son hábitos que favorecen una cercanía emocional en cualquier tipo de relación. Por tanto, en el proyecto de una relación de pareja es sustancial incluir respeto, cariño y consideración hacia el otro integrante.
La confianza y fiabilidad siempre serán un factor muy valioso en una relación de pareja, detalles pequeños, acordarse de compromisos y promesas, siendo coherentes en lo hacemos y decimos, será un aliado importante en tu relación. Por último, no es necesario conversaciones profundas de temas rutinarios o hablar en cada momento de nuestros conflictos y emociones, lo importante es tener presente la libertad que se puede tener de hablar de cualquier tema en la pareja, sobre todo aquellos que nos podrían perturbar.
Para finalizar, tomen en cuenta que solo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás y solo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.
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