Y como toda pareja esta no iba a ser menos y tiene una historia muy romántica, el amor surgió un poco lejos de nuestras fronteras, pero cuando el destino está empeñado todo puede pasar…
La historia de amor
Se conocieron en una discoteca en Modena (Italia) hace ya 5 años y para nada pensaron en toda la historia que vivirían juntos, todo fue como una casualidad un simple cigarrillo y el típico ¡no tengo encendedor! Poco a poco los encuentros fueron yendo más frecuentes, hasta que decidieron conocerse, no iba a ser fácil pues ambos tenían situaciones algo complicadas.
Tras la primera cita, fueron creando un ambiente muy bonito, hasta que un mensaje de texto dio comienzo a esta relación tan espontánea. Poco tiempo después, empezaron su andadura juntos y llegó un nuevo integrante a su hogar “Wapo” un bulldog francés. Al poco tiempo llegó Jeremia (su hijo) a sus vidas para cambiarlo todo.
Una pareja dada a la aventura, al romance, a los buenos momentos, viviendo cada día como si fuera el último, a darse el uno al otro, a compartir experiencias, así son Giulliana y Diego.
La pedida de mano
Aunque ambos tenían muy claro dar ese paso tan importante en la relación y pasar el resto de sus vidas juntos, aún quedaba ese momento tan esperado, y llegó, Diego sorprendió a Giuliana con una torta muy rica, tanto que sólo la llenó de la emoción, pues dentro se encontraba el anillo que simbolizaba ese amor que se jurarían eternamente.
Preparativos
Ambos sabían que algo tan trascendente tenía que acontecer en casa, querían volver a Perú, así que aprovecharon su viaje por fiestas navideñas a Lima y se casaron el 8 de enero de este año, apenas tuvieron tiempo de organizarlo todo, 6 meses en los que tuvieron que hacer y pensar de todo, lo único claro: casarse en la playa.
Al tener tan poco tiempo y estar fuera y para verse mucho más relajados, contaron con la ayuda de dos empresas de catering que les ayudaron a poner todo a punto para ese día tan especial, con su ayuda lograron gran parte de su sueño, ellos sólo tuvieron que decidir ciertos aspectos como la temática, la decoración y lo más importante: ¡ser felices!
Giulliana fue la que más pendiente estuvo de los preparativos, aunque las decisiones importantes siempre las tomaban ambos, como por ejemplo esa decoración vintage, los recuerdos tan originales basadas en cd’s vintage similar a los vinilos, los bocaditos criollos, entre otras cosas. Para las invitaciones y algunos ornamentos contó con la ayuda de Papier Imprenta.
Tanto disfrutó la novia de los preparativos que nos cuenta que tiene muchos planes de abrir una pequeña empresa de organización de bodas y así ayudar a las novias, para que como ella puedan vivir la boda de sus sueños.
Los novios
La novia llevó un vestido de novia sencillo, pero perfecto para una boda en la playa, con un escote de infarto en corte sirena, como accesorios optó por una tiara y unos maxiaretes, la nota de color la aportó el ramo de novia, por su parte el novio apostó por un traje azul con pajarita a juego ¡ambos estaban ideales!
La boda
Y como no podía ser de otra manera, la playa era el mejor escenario para el ¡sí, quiero! El lugar perfectamente escogido fue la Playa de San Pedro, al frente de la Isla de Pachacamac.
Posteriormente la recepción se llevó a cabo en Huertos de Villena en Lurín. Tzabar catering se encargó de la decoración con flores, la decoración vintage, el bar, el Dj, y la hora loca, por otra parte, Eventos y partys Punta Hermosa se hizo cargo de esos bocaditos criollos tan ricos, de la mesa de dulces, y otros ornamentos vintage. También hubo decoración hecha por la misma novia o cositas originales traídas de Italia.
Otra parejita rendida al amor. ¡Esperamos que siempre sea así: amor puro!
CRÉDITOS:
Fotografía: Suurmond Photography | Catering: Tzabar catering y Eventos y partys Punta Hermosa | Invitaciones: Papier imprenta.
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