Un amor que nació al aire libre y que se celebra en el campo siempre será solar: así lo confirma historia entre Gianfranco y Graciela, quienes se conocieron en Huancayo y varios años más tarde, se casaron en la misma localidad.
Ambos estudiaban derecho en la misma Universidad y se conocieron cuando él ya estaba en el último año de la carrera y ella en el tercero; pero comenzaron a salir apenas tres años después, cuando él ya vivía en Lima y ella estaba llevando una pasantía en la ciudad. Cinco años después se comprometieron en Tarapoto, celebrarían su matrimonio en Huancayo, y la fecha que escogieron fue agosto del año siguiente; pues querían que fuera una boda al aire libre y aprovechar el tibio sol de la época para una hermosa boda de día en el campo.
La preparación de los novios
Graciela también nos cuenta las peripecias que recorrió para dar con el vestido de su boda. Fue un diseño completamente personalizado a cargo de la costurera Cecilia Rímac.
“Me gustaría agregar, respecto de mi vestido, que había visitado muchas tiendas pero no lograban convencerme los diseños, así que decide finalmente crear mi propio diseño, y mi sueño lo hizo realidad una costurera que ya había realizado el vestido de novia y fiesta a otras amigas. Super paciente, me acompañó en todo el proceso, desde buscar las telas hasta la elaboración del cinturón del vestido, creo que fue la mejor decisión que tomé, porque era super ligero y cómodo así que pude bailar toda la fiesta con él.” (Graciela, 2018)
Las joyas que usó ese día tienen anécdotas y recuerdos muy especiales para Graciela, que nos cuenta con lujos de detalles sobre cada una de las prendas. “Para el collar, quería una cadena sencilla, así que usé una que me regaló mi abuela, quien también fue nuestra madrina, el día de mi confirmación. Para los aretes, estaba buscando algo no muy convencional ni muy de novia, quería algo de color y algo vintage, y sobre todo algo que resaltara ya que el collar sería muy sencillo, así que las últimas semanas me dediqué a buscar y comprar varios aretes que creía que quedarían con el vestido. Sin embargo, un día antes de la boda en la noche, cuando estaba alistando la maleta para llevar las cosas para el hotel donde me iba a cambiar, me di cuenta que había dejado el estuche con los cuatro pares de aretes que tenía para ese día. Los había dejado en Lima, debo decir que me di cuenta a las 11 de la noche y tenía que estar lista a las 10 de la mañana.” (Graciela, 2018)
Ante este imprevisto, Graciela activó todos los contactos con sus amigas, para ver si alguna de ellas podría ayudarla a encontrar aretes que llevar el día de su boda. Helen llegó al rescate, como nos explicó Graciela. “Ccomencé a escribir a todas mis amigas y llamar para ver si alguna tenía o había traído algún par de aretes adicionales que pueda prestarme para ese día. A eso de la una de la mañana me escribió mi amiga Helen, quien llegaba de Arequipa y acababa de aterrizar en Lima a la espera de su vuelo de conexión a Huancayo, me dijo que corrió a DOIt, y encontró unos como se los había descrito, como ella se hospedó en el hotel donde me cambié, llegó a las ocho de la mañana a salvarme, creo que quedaron perfectos con el vestido, le estoy muy agradecida por eso.”
Esta divertida anécdota quedará siempre para el recuerdo como símbolo de cariño y amistad. Los zapatos que utilizó Graciela fueron de Carla de Kaleydo, que trabajó en un hermoso y cómodo modelo rosa con detalles en dorado llamado Flor de la Candelaria, ideales para caminar sobre el pasto. Para la fiesta, más comodidad todavía: Graciela se puso unas converse clásicas para bailar sin ningún problema.
Respecto al estilismo de la novia, el peinado y maquillaje lo realizó Jhosep Juárez creando un look natural con el cabello semirecogido que le dio a Graciela ese aire desenfadado pero delicado y hermoso; ideal en su boda al aire libre.
El ramo de Graciela tenía que estar inspirado en el campo, con un estilo rústico que combinara a la perfección también con el resto de la decoración y las flores. Por temas de logística, fue complicado trasladar toda la floristería a Huancayo desde Lima, así que la wedding planner Gina Rosa trabajó con sus propios proveedores tanto para el ramo, tocado, botoniers y decoración del carro, según los modelos que escogió la propia Graciela.
Por su parte, el terno de Gianfranco fue confeccionado a la medida en Vercchelli, el color azulino con los zapatos marrones claro se escogieron para resaltar de día.
La ceremonia
El matrimonio se realizó el 26 de agosto en el Centro Vacacional Huaychulo, que se encuentra en la ciudad de Concepción; a unos 20 minutos de Huancayo, se trata de un hermoso distrito rodeado de eucaliptos y verdes campos. Cuando le preguntamos a Graciela, nos cuenta lo mucho que les gustaba a ambos la idea de hacer una boda campestre: “nos gustaba mucho la idea de hacer una boda de día en el campo, y sobre todo en Huancayo, por ser el lugar donde nos conocimos, y aunque la logística fue algo complicada para nosotros, por el tema de organización, contamos con la ayuda de una wedding planer que nos ayudó muchísimo con el tema de la logística y proveedores, los tramites de la boda… Estamos muy agradecidos con ella, ya que estuvo pendiente de cada uno de los detalles antes de la boda y después.” (Graciela, 2018)
La fiesta y celebración
Se emplearon dos ambientes diferentes para cada evento: ceremonia religiosa y celebración/ fiesta. En lo que respecta a la comida, se combinaron los servicios de proveedores recomendados por la wedding planner y Luvitza, una empresa de catering de Chiclayo, quienes también prepararon el pastel, un “pastel íntegramente hecho con flores de azúcar que se armó en Huancayo el mismo día de la boda, asimismo, los chocolates, los muses y pasteles fueron hechos por ellas, sumamente delicados y delicioso.” (Graciela, 2018).
Al inicio de la noche, después de los fuegos artificiales, se sirvieron otros bocadillos fríos, nos cuenta Graciela: “se puso una mesa con bocaditos salados recién preparados que consistieron en brochetas, piernitas, entre otros.”
Para lograr los hermosos ambientes, Graciela y Gianfranco contaron con el trabajo de Rubén Velásquez, quien junto a todo su equipo “se encargaron de realizar todo conforme lo quisimos, muy profesionales y atentos, la decoración fue algo muy natural y de colores suaves, lo recomendamos 100%.” (Graciela, 2017)
A cargo de captar los momentos únicos de la celebración estuvieron Maka Mikkelsen y su equipo, como también de registrar en video todo el matrimonio. Lo más valioso de Maka, en palabras de la propia Graciela, es su “estilo natural fuera de poses, y como sabia captar la diferencia de cada pareja, creo que esa es la ventaja de trabajar con un fotógrafo y no con un estudio, asimismo, el estilo del videografo que lo acompañan, nos encantó su trabajo, fueron parte de la fiesta, y creo que ellos también se divirtieron ese día, ambos los recomendamos siempre.” (Graciela, 2018)
Tal vez algunas veces surjan dudas sobre si lo mejor es contratar o no a una wedding planner, pero en la experiencia de Graciela y Gianfranco su ayuda fue imprescindible, como nos cuenta Graciela. “Aunque al inicio yo no creía que era necesario contar con una weeding planner, estoy totalmente convencida que sin su ayuda no hubiéramos podido organizarlo todo.”
Una boda fuera del lugar donde viven los novios y sus amigos implica ciertos asuntos de logística que no siempre son fáciles de manejar para los invitados, pero sin duda la experiencia de compartir un fin de semana diferente celebrando el amor de la pareja lo vale. Para Graciela y Gianfranco tener a sus amigos allí fue increíble. “El realizar la boda en la Huancayo implicó que la mayor parte de nuestros invitados se desplazarán desde Lima, lo cual hizo el día mucho más especial, porque sabíamos que cada uno de nuestros amigos se tomaron todo un fin de semana para poder estar con nosotros y compartir este día.” (Graciela, 2018)
La música y el baile
Para amenizar la boda y deleitar a todos, a la hora del almuerzo tocó la banda del primo de Graciela, Rain Band, especialistas en realizar un tributo a los Beatles, mientras que la música de la fiesta estuvo a cargo de DJ Junior Romero.
Como parte del baile de la boda, realizaron un baile de apertura, como nos cuenta Graciela: “el cual ensayamos en Lima y estuvo a cargo de Artística Producciones, así como la coreografía del baile de pareja, bailamos “And I Love Her – Beatles.“
Entre las anécdotas más hermosas que Graciela puede recordar, enumera sólo algunas de ellas y nos hace imaginar los momentos más hermosos de su boda. “Creo que lo que más recordaremos de ese día fue tener a todos nuestros amigos juntos, no solamente a los que solemos ver seguido sino también a los que no vemos tan seguido pero sabemos que todos se dieron cita ese día para celebrar y compartir con nosotros. Ese día fue una gran celebración, y eso siempre vamos a llevar en nuestros corazones, el broche de oro, los fuegos artificiales, a todos les encantaron y sorprendieron, ya que a cierta hora el DJ puso un “Santiago” (baile típico de Huancayo) donde todos empiezan a bailar, salimos todos al jardín y empezaron los fuegos artificiales.” (Graciela, 2018)
Respecto a cómo se sintió el día de su boda, nos explica lo siguiente. “Creo que el día de la boda pasa muy rápido, no importa que quieras que dure mucho más, la verdad es que pasa muy rápido, así que lo más importante es disfrutar de cada momento, no preocuparse por las cosas que puedan salir bien o mal o que las cosas no estén como uno lo planea, lo más importante es concentrarse en divertirse y que todos se diviertan al final ese es el mejor recuerdo que van a tener y que van a recordar.”
La hermosa historia y boda de Graciela y Gianfranco sin duda son inspiradoras para cualquier pareja que desee una boda campestre en las localidades pintorescas y hermosas del Perú.
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