¡Llegaron las vacaciones! Pero ¿por qué aumentan las peleas en pareja?

Muchas veces creemos que salir de vacaciones representa armonía y completa calma. Pero lastimosamente, no suele ser así y aparecen las discusiones en la relación. Te contamos los motivos por lo que esto casi siempre suceder.

¡Llegaron las vacaciones! Pero ¿por qué aumentan las peleas en pareja?
Créditos: John Palacio Photography
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Tras varios meses de trabajo, rutinas, y a veces estrés, llegan las tan esperadas vacaciones, las mismas que se planearon con anticipación y esmero, deseando que sea un momento que sirva por un lado para relajar y descansar, pero por otro también contribuya con el afianzamiento de la relación, ya que se supone que la pareja podrá pasar tiempo tanto en cantidad como en calidad que tal vez es complicado de lograr cuando uno tiene las responsabilidades del día a día.

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Y si bien, hasta cierto punto, se logra el objetivo, un buen porcentaje de casos, termina discutiendo más que cuando no están de vacaciones y uno se hace la gran pregunta de: ¿Por qué aumentan nuestras peleas si se supone que estamos viviendo lo que planeamos con el objetivo de pasarla bien? Y es que hay tres factores claves que explican esta dinámica.

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Créditos: Alexei Fotógrafos

1. Expectativas

La realidad nunca alcanzará a la fantasía, y no por ello la realidad es menos agradable, pero es importante saber que esperar más de lo que puede ocurrir, lo único que generará será tensión y desencadenar una explosión emocional, elemento que si o si llevará a una discusión. Y si esta discusión se hace desde las expectativas altas, en lugar de tener disposición de resolver el problema, probablemente lo que se active sea mucho resentimiento hacia la pareja por la creencia errada de: se suponía que tenían que ser “LAS” vacaciones, él /ella solo fue desconsiderado/a y no le interesó estar bien.

Pero si en cambio, entendemos que no iban a ser “LAS” vacaciones, sino simplemente vacaciones, aumenta la probabilidad de que si algo no se da como se espera y esto lleve a una pelea, ambos actúen con la intención de resolverlo.

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Créditos: Juan Alfredo Fotografia de Bodas

2. Tiempo

El periodo de vacaciones permite que la pareja pase más del tiempo habitual, sobre todo las que no conviven, pero incluso viviendo juntos, uno no está todo el día al lado de la pareja como sí ocurre en las vacaciones. Este tiempo adicional, nos pone en la necesidad de ajustarnos a la nueva rutina, que implica estar juntos casi todo el día y como todo ajuste, se vuelve una demanda para el cuerpo y la mente y por lo tanto puede provocar cierto estrés, que de no ser comprendido como algo esperable por el proceso de acomodación que ambos deben hacer, y si a eso se le suman las expectativas, lo que terminará ocurriendo es una gran pelea, seguido de mucho malestar, resentimiento y ganas de alejarse del otro y hasta cuestionamiento de si fue una buena idea hacer estas vacaciones juntos.

Debe quedar claro, que la solución no es acortar el tiempo de estar juntos para evitar la pelea, sino comprender que tal vez al principio no sea tan fácil como quisiéramos, ya que tendremos que hacer un esfuerzo para adaptarnos a esta realidad. Además, tener en cuenta que es transitorio y que en la vida real tendremos tiempo de oxigenación, también puede ayudar a bajar la tensión y tener más tolerancia con el otro.

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Créditos: Eduardo Calienes Photography

3. Cercanía

Este factor se relaciona con el tiempo, ya que en la medida que la pareja pasa más tiempo, implica que estén más cerca y con menos espacio del que suelen tener en la cotidianidad. Al igual que con el tiempo, comprender que esta cercanía va a generar la necesidad de adaptarse a esa situación y que además es pasajera, contribuirá enormemente con el manejo adecuado de una potencial discusión.

Del mismo modo que en el punto anterior, la solución no va necesariamente por la ruta del distanciamiento, pero de vez en cuando poner en práctica que cada quien haga algo que le provoque sin que el otro también se sume al plan, es de gran ayuda y no por ello la relación va a fracasar, sino que puede aumentar la tendencia a aceptar que somos distintos y que no siempre coincidiremos en lo que pensamos, sentimos y hacemos.

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Créditos: Andrés Torres Photographer

En general, no hay que desesperarnos por evitar a toda costa discutir, y hacer de las vacaciones un momento perfecto, ya que la perfección no existe, sino que hay que entender que, si conversamos, clarificamos, nos ponemos en el lugar del otro y somos abiertos al sentir y opinión de nuestra pareja, una discrepancia, e incluso una pelea puede convertirse en una oportunidad para realizar ajustes y mejoras en la relación y porque no, también ayude a pasar unas lindas vacaciones.

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