Organizar un matrimonio requiere de muchos detalles, uno de ellos es la planificación de la ubicación de los padres durante la ceremonia o la recepción. Por lo general no hay muchos problemas en eso, pero ¿qué hacer cuando se tiene padres separados o divorciados con ciertos conflictos? ¿Se sigue con el mismo protocolo? Se trata de un tema preocupante para algunas parejas, ya que lo que se quiere es que todos se sientan cómodos y disfruten del evento por igual, evitando cualquier inconveniente. Si bien es cierto, no hay un plan establecido para este caso. En Zankyou hemos decidido averiguar un poco con la ayuda de wedding planners y ofrecer variadas soluciones a los novios que tienen que lidiar con este tipo de situaciones.
Una mesa para cada familia
El diseñador y organizador de eventos Roberth Morales Velezmoro señala que “usualmente en estos casos no es necesario forzar nada, es usual encontrar parejas así hoy en día y no debemos pretender tener una imagen de la familia si los vínculos están rotos, es un momento especial para la pareja que contrae nupcias y no podemos estresarlos. Lo ideal es colocar una mesa solo para los novios y cada familia agrupada de la forma que se sienta más cómoda, ya que en algunos casos van acompañados de sus nuevas parejas, de esta forma demostramos respeto y tolerancia por cada uno de ellos. Además, luego del banquete los novios pueden acercarse a hacerse fotos con los grupos ya formados sin la necesidad de forzar u obligar a nadie”.
Si cada padre tiene una nueva familia ya establecida, lo recomendable es establecer una mesa para cada grupo, por lo contrario si solo tienen acompañantes y la presencia de estos incomoda a alguien, lo recomendable es que vayan solos al evento. Cuando se trata el caso de los acompañantes es un tema algo delicado, ya que alguno de los padres puede sentirse algo incómodos u ofendidos. Por su parte los novios pueden tener una mesa acompañados de sus hermanos, primos más cercanos, amigos o testigos.
Hablar con ellos
Si se sabe que los padres no tienen una buena relación o en todo caso no tienen la cercanía ideal para compartir mesa, lo ideal es hablar con ellos anticipadamente. En esta charla se hablará de manera directa dejando las cosas claras y solicitando que durante el evento se tenga una actitud correcta. Invitarlos a una comida e intercambiar impresiones hará que los padres entiendan la incomodidad de la situación y que ellos también tienen que poner de su parte para que sus hijos tengan la boda que siempre soñaron.
Durante la ceremonia
Si se conversa con cada uno de ellos, los padres pueden hacer el esfuerzo de sentarse juntos durante la ceremonia de casamiento religioso o civil, pero si las rencillas aún son fuertes lo recomendable es que uno se siente en primera fila y el otro en la segunda, y si esto no se puede, puede sentarse a un familiar cercano entre ellos. Los novios también serán conscientes de que posiblemente ya no habrá los clásicos cortejos después de la ceremonia.
Si los padres se han vuelto a casar es posible que vayan con sus respectivas parejas, en este caso estos acompañantes deben estar junto a ellos durante la ceremonia.
En Kerly Heald – Destination Wedding Planner son especialistas en bodas destino, ellos nos comentan sus experiencias en una organización con padres divorciados. “Tuvimos una boda este año donde los padres del novio eran divorciados, entonces tuvimos que hacer dos mesas de la familia más cercana del novio, en la mesa del papá del novio, que vino con su actual esposa, los sentamos con los padrinos y primos del novio, y a la la mamá la pusimos en la mesa de las tías del novio. Tuvimos que colocar las mesas de un lado al otro”. También nos comentan otra anécdota, y es que “a la hora de la foto de los novios en el altar pudimos juntar a los padres, es decir, cuando termina la ceremonia religiosa, se inician las fotos en el altar con el núcleo más cerca de cada uno. Entonces, cuando hicimos el llamado a que pasen los padres del novio, ellos mismo se pusieron en el altar, ¡fue algo milagroso para el novio!”
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El baile de bodas
En este caso se recomienda dejar de lado los protocolos evitando los bailes con familiares, solo los novios se convierten en los protagonistas de la pista.
Banquete
En estos casos, si se quiere liberar tensiones, los novios pueden evitar los clásicos protocolos de la mesa presidencial, por ejemplo eligiendo estilos de banquete mucho más informales como la puesta de mesas rectangulares donde todos pueden intercambiar y socializar sin los temidos roces de las pequeñas mesas. También está la opción de organizar un banquete tipo cóctel donde cada invitado se sirve lo que le apetece. Hay muchas alternativas originales y divertidas para que el banquete sea más informal, inclusive los novios pueden elegir una mesa para ellos solos.
Sesión de fotos
El fotógrafo debe estar informado de antemano de la tensa situación de los padres, es por eso que con un aviso anticipado el profesional sabrá cómo lidiar con este momento. Otro forma es que sean los novios quienes elijan las imágenes que quisieran tener en su álbum nupcial, quizás fotografías con sus padres por separado o evitar las clásicas fotografías de protocolo.
El hecho de tener padres divorciados o separados cambia en cierta forma el tipo de planificación, ya sea a la hora de organizar las ubicaciones o durante el momento de la toma de las fotos, entre otros. Cada detalle tiene que ser planeado con cautela. Con estas claves se conseguirá que todo marche de la manera correcta.
Familia dividida: ¿Cómo manejar este tipo de tensiones en tu matrimonio? ¡Sí se puede!
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