Seis hábitos comunes entre parejas que resultan poco higiénicos

Llega un punto en las relaciones de parejas en que la confianza hace que olvidemos algunas reglas básicas de higiene. Presta atención a esta lista.

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Los seres humanos somos así y no hay razones para negarlo, cuando entras en confianza hay algo que cambia. Es muy común ver que cuando estás de enamorados ambos cuidan todos los detalles (por mínimos que sean) con tal de dar la mejor la impresión de sí mismo a esa persona especial, pero cuando ya tenemos cierto tiempo juntos hay cosas que, aunque se pueden tildar de insignificantes, si las analizas bien pueden terminar resultando poco higiénicas.

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No quiere decir que a medida que vamos consolidando nuestra relación nos transformemos en unos bárbaros pocos civilizados, no es eso, sino que comenzamos a adquirir malos hábitos que normalmente no tendríamos frente a personas con las cuales no existe una relación estrecha. Por otra parte, es natural que el amor rompa con muchas inhibiciones aunque eso no les resta el hecho de que realmente denotan cierta falta de pulcritud.

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1. Caricias en el cabello

¿A que chica no le gusta que le acaricien el cabello antes de dormir?, o ¿pasar la mano por el cabello de su chico mientras disfrutan de una maratón de pelis románticas en el sofá? Sí, es un acto muy lindo que se da en la mayoría de las parejas, pero hay que admitirlo, el cabello esta sucio. Aún cuando lo cuidemos y lavemos con mucha frecuencia, el polvo y el smog se acumulan ahí, eso sin mencionar que en esta zona se produce grasa capilar (lo que es absolutamente natural) y si a este escenario le añadimos que normalmente luego de las caricias no se lavan las manos, pues la verdad un acto tan tierno pasa de inmediato a nuestra lista de hábitos poco higiénicos.

2. Manos a la cara

Sí, otro gesto muy romántico y muy común, ya se que muchas se dirán que no hay problema en ello porque nos hemos lavado las manos momentos antes de hacerlo, pero ¿recuerdas cuantas cosas tocaste antes de poner tus manos en el rostro de tu amado? Tal vez solo guardaste algo en tu bolso, pero tan solo esa acción hace que tus manitas se conviertan de nuevo en un hábitat ideal para la proliferación de gérmenes y bacterias.

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3. Compartir alimentos (con los mismos cubiertos)

Evidentemente con un extraño no lo haríamos pero ¿que pareja no ha tomado un bocado con la misma cuchara o tenedor de su pareja o bebido del mismo vaso? La verdad es una costumbre muy fácil de tomar, incluso cuando aún son enamorados, imagínate lo frecuente que se vuelve al vivir juntos. Suena extraño decirlo pero que el amor no nos vuelva ciegos, es un hábito poco aséptico.

4. Agarrar comida compartida con las manos

Pelis en el sofá un domingo por la tarde, el control remoto en la mesita del centro, las canchitas compartidas, ambos toman directamente con las manos (nadie come porcorn con cubiertos), llega un WhatsApp, revisan el celu, cambian el canal, se sienten incómodos y cambian de posición, tocan casi todos los cojines del sofá, quiero más chanchita, las manos de nuevo a la comida. Y esto es un cuento de nunca acabar, esta de más decir que, por muy romántica que haya resultado la tarde, la cantidad de gérmenes y bacterias que han consumido (y compartido) es incalculable.

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Créditos: Yanush868 vía Shutterstock

5. Sacarse espinillas y puntos negros el uno al otro

En este punto no hay mucho que explicar, ya el título es bastante desagradable, pero el escenario puede empeorar agregarle unas manos sucias o espacios como la piscina o el mar, son el complemento ideal para un cóctel infeccioso.

6. Compartir el cepillo de dientes

No todos se dan con eso de levantarse temprano por las mañanas y puede que en el “estado de coma” propio de la hora se intercambien los cepillos dentales o cuando en un viaje se pierde o se olvida uno de estos utensilios y entonces comparten el que llegó al destino. Aunque la intención es buena no es exactamente una práctica higiénica.

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Dicho esto no queremos que entres en un estado de pánico ni que desarrolles un trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, solo que hay detalles que tal vez no le tomamos demasiada importancia y como has podido leer, si que la tienen. Aunque es natural pasar algunas cosas por alto es mejor tener cuidado cuando de la salud se trata o cuando tenemos bebés en nuestro entorno. Recuerda la prudencia nunca está de más. 

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