Sorprendentemente y a pesar de la larga lista de candidatos, Meghan Markle eligió un vestido de novia Givenchy, diseñado por Clare Waight Keller, una talentosa estilista que dirige la famosa casa de moda francesa. Un homenaje a la excelencia inglesa y un himno a la feminidad que vio a la hermosa Meghan elegir, no por casualidad, una diseñadora de origen británico que fue la primera mujer en haber dirigido la famosa marca francesa.
Sencillez y una apuesta por el “menos es más”, es la mejor forma de describir el vestido de novia que Meghan mostró en la ceremonia . Un vestido en forma reloj de arena, hecho de seda cady en blanco total y absolutamente libre de cualquier tipo de decoración. Juvenil y audaz, como la nueva duquesa de Sussex, destaca el escote barco que deja apenas los hombros desnudos. ¡Simplemente perfecto!
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Para cubrir el espléndido rostro, Meghan lució un velo de novia espectacular, ligero y ligeramente decorado en los bordes. Una decoración realizada íntegramente a mano por un conjunto de hilos de seda y organza que se realizó por deseo expreso de la duquesa de Sussex con motivos florales. A lo largo de los cinco metros de largo, fueron representados todos los países de la Commonwealth. Entre las flores, la esposa del príncipe Harry, además quería representar las amapolas de California, en homenaje a sus orígenes estadounidenses.
La tiara que Meghan lució para dar carácter a la mirada nupcial (un detalle que recuerda a muchos de los que usó Lady Diana durante su boda con Carlos de Inglaterra), en realidad era propiedad de la reina María, abuela de la reina Isabel II, una pieza realizada en 1932 que es adornada por un diamante de 1800.
De una declaración oficial de la Casa Real se filtró las motivaciones que llevaron a Meghan a elegir a Clare Waight Keller como estilista para su vestido de novia: “Con mi elección, quise rendir homenaje al éxito de un importante talento británico que fue el director artístico de tres marcas que han hecho historia de la moda: Pringle de Escocia, Chloé y ahora Givenchy “, dijo. La diseñadora, por su parte, dijo que fue honrada con la tarea que le había encomendado la bella Meghan, pero también está orgullosa de su propia creación.
¡Pero las sorpresas no terminaron solo con este diseño! Para la recepción de la boda, Meghan optó por un cambio de look que fue una verdadera declaración de independencia y personalidad. También en este caso la preferencia de la esposa de Harry de Inglaterra recayó en una mujer exitosa: la icónica Stella McCartney que para la duquesa de Sussex ha diseñado un vestido sencillo pero muy femenino. El blanco era el color favorito de la novia que llevaba un vestido largo muy femenino para la recepción, hecho de crepé de seda ligera con un cordón especial y sensual detrás del cuello.
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Los vestidos de novia elegidos por Meghan parecían ser un tributo al recuerdo de la bella Lady Di, conocida mundialmente por su elegancia innata, tanto en los detalles de la tiara que Meghan eligió usar para la ceremonia, como en el anillo regalo de Harry que eligió usar para su cambio de look.
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