Cuando empieza la organización del matrimonio, la luna de miel se tiende a colocar en el último lugar, ¿por qué? Porque los novios, la mayoría de las veces, se centran en tener un matrimonio único con toda la gente que quieren y los proveedores que más ilusión les hacen. Entonces algunas parejas toman la decisión de aplazar este viaje mágico, pero esto no tiene que significar nada malo ni escandaloso. Hay razones muy válidas para hacerlo que seguramente podrán tranquilizar a más de unos enamorados que temen perder este momento.
Quieren convivir con su familia
Ahora es muy común tener primos en Estados Unidos, tíos en Europa o amigos en Asia. Las personas verdaderamente importantes para la pareja harán un esfuerzo descomunal para llegar al matrimonio, por lo que se entiende que lo novios quieran pasar unos valiosos momentos con estas personas. No tiene nada de malo quedarse unos días extras en la ciudad natal o en el lugar donde fue la celebración para disfrutar a esta gente y platicar los buenos recuerdos de la fiesta.
Terminar de arreglar asuntos con proveedores
Organizar un matrimonio puede tener muchas vertientes. Con algunos proveedores habrán liquidado la totalidad antes de la fecha de la boda, pero con otros, puede que aún queden cuentas pendientes. Lo mejor en estos casos es darse unos días para que todo quede saldado antes de irse de luna de miel. La angustia de dejar las cosas inconclusas puede arruinar por completo el mejor viaje de sus vidas.
Complicaciones del periodo menstrual
Si gracias al destino evitaste tener tu periodo el día de tu matrimonio, pero decide llegar al día siguiente, es completamente válido decidir darse esa semana para que todo quede en su lugar. Para prevenir esto, existen aplicaciones para teléfonos inteligentes que pueden predecir los días de tu ciclo si eres regular. De esta manera, se podrán planificar las vacaciones en torno a estos difíciles días.
Permisos laborales
Nunca es conveniente perder un trabajo por las fechas de unas vacaciones. Cuando se está en la organización, muchas veces se agotan los días de permiso que dan las empresas, por lo que cuando llega el momento de la luna de miel, se tienen pocos días a favor para gastar. Si llega a existir una complicación con el jefe, se puede optar por esperarse a que ambos tengan el tiempo que necesitan para disfrutar como se debe.
Cada pareja es diferente, por lo que no se deben tener ideas en la cabeza de lo que debería y no ser. La luna de miel puede posponerse por mil motivos, lo fundamental es que ambos estén de acuerdo con la decisión y que no sientan presión de gente externa que les digan “cómo era antes” o “cómo lo hicieron ellos”. Para tener verdaderamente un gran viaje, solo hace falta que estén los dos, no es importante nada más.
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